martes, 26 de marzo de 2013

¿Nos comunicamos igual hombres y mujeres?

Cuando conocemos a una persona extranjera, de algún lugar lejano o de una cultura totalmente diferente a la nuestra, todos damos por hecho que la comunicación puede ser complicada, ya no sólo por el idioma, sino por las connotaciones culturales de los mensajes, por la comunicación no verbal...etc. y no nos frustramos por ello, somos bastante comprensivos.

Sin embargo, cuando hablamos con una persona del otro sexo, que ha nacido muy cerca de nosotros, se ha criado en un ambiente similar, con la misma cultura, tenemos gustos similares...nos resulta cuanto menos difícil ser tan comprensivos, y más aún, si se trata de nuestra pareja, porque...¿cómo no va a entender mi pareja lo que le estoy diciendo?
 
Pues quizás deberíamos ser tan comprensivos como en el primer caso.
 
Al hablar de comunicación en sexualidad, estamos hablando de un carácter sexual terciario, es decir, un aspecto en el que nos diferenciamos hombres y mujeres por el hecho de pertenecer a uno u otro sexo pero que no es biológico, sino psico-social. Estamos hablando en todo momento de generalidades, el riesgo que corremos es que siempre nos vamos a dejar a gente fuera, es decir, siempre habrá mujeres que se comuniquen de un modo más similar a los hombres y hombres que lo hagan de un modo más similar al estilo comunicativo femenino. Pero merece la pena poner de manifiesto las diferencias generales, porque nos pueden ayudar mucho a conocernos mejor.
 
¿Por qué, en ocasiones, es tan difícil el diálogo hombre-mujer?
En primer lugar, cuando hablamos, en una conversación, está presente no sólo el significado literal de lo que decimos (mensaje), sino también un "mensaje entre líneas" (forma de decir las palabras, contexto social, la relación entre los que hablan, la historia que han tenido previamente, forma de expresarse, lenguaje facial, corporal, actitud, silencios...). Las personas respondemos no sólo a las palabras literales (mensaje) sino también al significado implícito que puede haber en lo que expresamos (metamensaje).
Tan importante es qué se dice como el cómo se dice, y la comunicación no verbal aquí tiene un papel fundamental: Todo empieza desde que somos pequeños, se nos abraza de un modo diferente, se nos habla de un modo diferente, se esperan de nosotros cosas distintas...Por eso, mujeres y hombres interpretamos, por tanto, los metamensajes de un modo diferente y no somos igualmente sensibles a ellos.

También nos diferenciamos a la hora de dialogar sobre los problemas: mientras que las mujeres hablan sobre los problemas, expresan sus preocupaciones para desahogarse, es decir, es un hablar por hablar; los hombres, en cambio, creen que cuando se les cuenta algo se les demanda una solución, por lo que tienden siempre a dar soluciones "no escuchando" tanto lo que se les dice como desahogo.

La negociación entre los sexos también es diferente, la de la mujer es más indirecta y no pide tanto, la de él es más directa y piensa que si ella quiere algo, ya lo pedirá, ya insistirá.

Estas diferencias en el estilo de comunicación pueden producir malentendidos. En ocasiones, para solucionarlos se utiliza el lenguaje, lo que agrava aún más el problema, produciéndose una espiral de malentendidos.

Conocer estas diferencias nos puede ayudar, sobre todo, a darnos cuenta de que existen y, por tanto, a tener unas expectativas más adecuadas a la realidad, así como a comprender un poquito más a las personas que nos rodean y comunicarnos mejor.

Pero no debemos olvidar que la comunicación es un aspecto psico-social y que, por tanto, nos han transmitido culturalmente. Como señalaba anteriormente, no se espera lo mismo de un chico que de una chica, no se les acaricia del mismo modo desde pequeños, no se les exige lo mismo...etc. Y esto provoca que no nos comuniquemos del mismo modo. Ahora bien, no es que exista un modo adecuado de comunicación y otro inadecuado. En ocasiones, se tiende a dar una connotación negativa al modo femenino de comunicación: ¿cuántas veces hemos escuchado que a las chicas no hay quien les entienda, o que ellas dicen una cosa cuando en realidad quieren decir otra?

Estos comentarios están muy extendidos y, si bien es cierto que "hablamos idiomas diferentes", no es que el modelo masculino sea mejor que el femenino ni al contrario. Lejos de intentar imponer o valorar como mejor a uno sobre el otro, hemos de poner en valor las propias diferencias sexuales. Como sabemos, la diferencia es riqueza y, aunque estas discrepancias comunicativas nos lleven a malentendidos en muchas ocasiones, ¿no sería un poquito aburrido hablar siempre "el mismo idioma"?
 
 
 

 

martes, 5 de marzo de 2013

Hoy hablamos de...orgasmos!!


Hoy en día quien no tiene un teléfono móvil de última generación, es decir, un smartphone, con multitud de aplicaciones, conexión a internet y un largo etcétera parece que es un "bicho raro", ya que ¿por qué no beneficiarse de todos estos adelantos tecnológicos?
Pues algo parecido está empezando a ocurrir con los orgasmos.
 
En la actualidad, cuando una persona se acuesta con otra ha de conseguir orgasmos, y cuantos más mejor. Se está convirtiendo en una especie de obligación (tanto tenerlo, como, en el caso sobre todo de los hombres, proporcionarlo).
 
¿Qué es un orgasmo? Podemos definirlo como la culminación de la excitación sexual que se evidencia por descargas musculares rítmicas en los órganos genitales, aunque también comprometen el resto del cuerpo. Estas contracciones son muy placenteras para ambos sexos y producen una agradable sensación de relajación.
 
En numerosas ocasiones, se define el orgasmo como el momento de mayor placer en una relación sexual, como una explosión, la culminación. Vamos, como los fuegos artificiales. Claro, con estas definiciones...¡todo el mundo quiere tener uno, o dos, o tres...! (como en el caso del móvil: ¿por qué no beneficiarse de algo positivo?)
 
Sin embargo, hemos de señalar que también en los orgasmos existen diferencias entre hombres y mujeres. Mientras que en los hombres parece que es más explícito y está más claro si tienen un orgasmo o no, porque generalmente va acompañado de eyaculación, en las mujeres no. (De ahí, que, en ocasiones, se piense que la mujer es capaz de fingir un orgasmo, ¿y qué sentido tiene?).


El tema del orgasmo femenino ha sido, cuanto menos, controvertido a lo largo de la historia. No vamos a hacer un largo recorrido sobre todo lo que se ha dicho de él, solamente citaré a Sigmund Freud, quien distinguió en la mujer entre orgasmos clitorianos y vaginales. Sin ánimo de desmerecer las aportaciones de Freud, que fueron importantes en su momento, sólo señalo esta diferenciación porque nos ha metido en un pequeño lío que, a día de hoy, sigue vigente.
 
Neurológicamente hablando, orgasmo sólo hay uno y éste se da en el cerebro. Tanto en los hombres como en las mujeres. Si bien es verdad, que puede haber diversas formas de estimulación que lo provoquen. También es cierto que la sensación física puede ser diferente de una zona de estimulación a otra (al igual que sentimos diferente físicamente cuando nos rascamos el brazo y cuando nos rascamos la cabeza). Pero nada más. Es decir, hoy sabemos que no existen dos tipos de orgasmos femeninos, sin embargo, esta idea sigue muy enraizada en la sociedad. Además con cierta connotación de que es el orgasmo vaginal "el bueno", "el mejor" y el clitoriano es "el inmaduro", aquel que consigues cuando no tienes otro o cuando no tienes pareja...(de tal manera que, si tienes pareja, tienes que conseguir el otro).
 


¿Por qué se piensa que es mejor el vaginal? Claro, es el que debería conseguirse mediante la penetración, mediante el coito. Pero, ¿acaso es ésta la única conducta erótica posible? o ¿acaso es la mejor?
 
Paradójicamete, más de la mitad de las mujeres no consiguen tener un orgasmo sin estimulación directa del clítoris, es decir, sólo mediante la penetración vaginal. (¡Cuidado! No estamos hablando de anorgasmia, es decir, de incapacidad para conseguir un orgasmo, sino de que no consiguen un orgasmo mediante estimulación sólo vaginal, que no es lo mismo) ¿Podemos concluir, por tanto, que más de la mitad de las mujeres tiene orgasmos inmaduros, o de segunda categoría? , peor aún, ¿podemos concluir que están insatisfechas sexualmente hablando? o ¿podemos pensar, en caso de relaciones heterosexuales, que son los hombres con los que tienen coitos poco hábiles y no consiguen proporcionarles "el mejor placer"?
 
Esta última cuestión es, cuanto menos, preocupante, porque, mientras que la mujer tiene "la carga" de no poder conseguir el orgasmo, al hombre se "le culpa" por no ser capaz de proporcionárselo a su pareja (generalmente, se culpa él mismo). ¡Porque vivimos en el 2013 y las mujeres ahora quieren tener orgasmos! ¡y los hombres están muy preocupados por proporcionar placer y satisfacer a sus parejas!
 
 Nos hemos obsesionado con los orgasmos *, y no se mide la satisfacción sexual de una persona por la cantidad de orgasmos que consigue o que proporciona al otro/a. Un encuentro erótico empieza mucho antes, con una conversación, con un primer contacto piel con piel, con un beso, una caricia, una sonrisa...Y dejar de dar importancia a esto para dársela sólo a un orgasmo, ¿merece la pena?*
 
Además, ¿es el orgasmo el final de la conducta erótica, como se ha creído? Pues tampoco tiene por qué ser así necesariamente. (Al menos, no en el caso de la mujer que, como sabemos, no tiene período refractario, o no del mismo modo que el hombre). Otro mito que nos persigue y que no facilita nada nuestras relaciones eróticas es la idea de que: los dos miembros de la pareja han de llegar al orgasmo los dos a la vez y mediante el coito. (De hecho, ya venden unos preservativos que lo consiguen, guau!!)

 
 

Cuando en el ámbito de las relaciones eróticas, que emergen por deseo, aparecen obligaciones, el deseo desaparece. Si el objetivo de las relaciones eróticas es conocernos, divertirnos, expresarnos con la otra persona, ¿dónde entran aquí las obligaciones?, ¿por qué hemos de estar preocupados por "llegar al orgasmo" o porque la otra persona "llegue"? ¿por qué se ha de buscar el orgasmo con sólo una estimulación y no con otras? El deseo tiene que ver con lo prohibido, surge en la relajación, no entiende de "obligaciones".


¿Qué hay de ese placer inmenso que se siente cuando se disfruta del "paseo" y no sólo del resultado final?, ¿o del que se siente cuando algo bueno e inesperado ocurre sin buscarlo, sin obligación?, volviendo a lo del móvil ¿qué hay de aquellos maravillosos momentos en que estabas ilocalizable para el resto del mundo y no tenías que dar ningún tipo de explicación por ello?



 

*Se ha de tener cuidado con este párrafo. Pues no estoy hablando de anorgasmia femenina ni masculina, es decir, de personas que nunca hayan conseguido un orgasmo por las razones que sean. Estoy hablando de que una cosa es una dificultad concreta, que puede existir, y otra es que pensemos que el 70% de las mujeres son anorgásmicas porque no consiguen el mismo por estimulación exclusivamente vaginal.